I’ve been watching the press about Javier Tomeo’s Cuentos completos, de Javier Tomeo, for a few weeks now. He is a Spanish writer who sounds interesting and definitely different. Sergi Bellver has a good review of the book that gives a good idea of what kind of writer he is. (You can read an excerpt here)
Tres prodigios, Historias mínimas (1988) ―uno de los siete libros recogidos en el volumen de Páginas de Espuma―, y las novelas El castillo de la carta cifrada (1979) y Amado monstruo (1985), descubrieron una mirada al margen de la avalancha literaria de la época, saturada de realismo social, y consagraron el prestigio de Tomeo, avalado por Anagrama ―“inesperada colisión entre Kafka y Buñuel”, le llamaría Jorge Herralde―. Después llegaron adaptaciones teatrales, traducciones, reconocimiento a nivel europeo y hasta una campaña de las fuerzas vivas aragonesas en pro del Nobel para su paisano ―el sabio Tomeo utiliza en “El sueño del Nobel” a Ramón, su recurrente personaje especular, para ironizar sobre su propia obra, algo que repitió en Los amantes de silicona (2008).
Los cuentos de Tomeo filtran la realidad, la alteran y la perfilan en un mundo genuino y personalísimo en el que también viven las luces y las sombras del lector. Ese es el poder atávico de jugar con un imaginario de animales y monstruos, arquetipos que el autor convierte en psicópatas de poética anómala. Tomeo admira al Goya más sombrío, disfruta dibujando ―faltan sus ilustraciones de Zoopatías y zoofilias en estos Cuentos completos― y estudió Criminología para conocer la oscuridad humana, aunque no ha insistido en la novela negra, ni bajo el seudónimo de sus primeros libros alimenticios, “Frantz Keller”. Las iniciales recuerdan al abogado Kafka, como Tomeo, otro hombre de leyes dispuesto a hacer añicos las literarias. El autor estará ya tan harto como feliz de que le menten al checo, al que homenajea en su relato “Gregorio, el insecto”, pero del que le separa su humor, negro, fuerte y lento como un burro, un humor que cocea aún tras la lectura.