Andrés Neuman on the Guatemalan Writer Augusto Monterroso

A couple interesting articles about the Guatemalan writer Augusto Monterroso appeared in El Pais recently. One is from a favorite of the blog, Andrés Neuman, who gives a good account of how Monterroso, in the midst of the Boom, went in completely the opposite direction, eschewing the nation building novels and looking towards the humorous short stories.

Augusto Monterroso encarna cierto tipo de intelectual latinoamericano en las antípodas del boom, cuya ambición no persigue el proyecto total ni las esencias nacionales, sino el atentado contra el tótem y la discreción irónica. A dicha estirpe, tan desertora del canon como fronteriza en lo estético, pertenecen también Alejandro Rossi, Marco Denevi o Rodolfo Wilcock. Quizá no casualmente, en la obra de estos cuatro autores, humor e inteligencia son dos formas de leer entre líneas. A caballo entre el ensayismo bonsái y la micronarrativa, todo texto de Monterroso contiene un género y su parodia. Los motivos de esa confrontación interna tienen que ver sin duda con una poética, pero también con una actitud. A diferencia de quienes consideran que un ceño fruncido es signo de genialidad, Monterroso (Tegucigalpa, 21 de diciembre de 1921 – Ciudad de México, 7 de febrero de 2003) no aspiraba a exhibir su conocimiento, sino a desconfiar de él.

The second from El Pais comes from Javier Rodríguez Marcos‘ blog Letra Pequeña. A new collection of his stories has come out and he sounds interesting. A nice dosage of humor that turns ideas around and is more than just jokes.

a algo tenían que servir los aniversarios: vuelve Augusto Monterroso. El escritor guatemalteco exiliado en México murió, con 81 años, en febrero de 2003 y Debolsillo publica ahora El Paraíso imperfecto, una “antología tímida” preparada por Carlos Robles Lucena. La nota de prensa que acompaña el libro utiliza las expresiones “deliciosa antología” y “célebre autor”, y no es difícil imaginarse al célebre autor de la deliciosa antología sonriéndose ante tales epítetos. Todo adjetivo supone un criterio de clasificación y a Monterroso le gustaban las clasificaciones, no en vano decía que toda su obra era una variación sobre la de Borges. Cuando en el libro de entrevistas Viaje al centro de la fábula le preguntaron “¿Qué sensación te produce ser considerado o designado, generalmente, como un humorista?” Monterroso respondió: “Agradable, no por lo de humorista, sino por el hecho de ser clasificado. Me encanta el orden”. Basta echar un vistazo a las cinco toneladas de documentos que atesora su archivo –actualmente en la universidad de Oviedo- para certificarlo.

If you can read Spanish I suggest you read his short story El eclipse. It has a great twist on the westerner, the savage and the eclipse type stories that have shown up in more than a few books and movies.