Andrés Neuman Meets His Readers: Virtual Interview at El Pais

The virtual interviews that El Pais runs where the public can ask questions of an author can be hit and miss. Andrés Neuman on the occasion his newest book participated in one. There are some good questions, especially his take on overlooked or up and coming authors.

Buenas, Andrés. Ya que se cumple medio siglo del fenómeno, ¿qué autor del ‘boom’ está -o pretende estar- más presente en tu obra? Muchas gracias.

De los autores más consabidos de ese período, siempre he sentido predilección por Onetti. Por otra parte, los ataques a Cortázar o García Márquez me parecen esnobs y me molestan. El Boom, como todas las grandes explosiones, dejó una nube de polvo que nos impide ver más a lo lejos. Pero detrás, ahí, de pie, enteros, caminan también Puig, Di Benedetto, Garro, Lispector, Ocampo, Arreola.

Qué escritores españoles actuales nos recomendaría?

De mi generación, admiro por ejemplo a narradores como Elvira Navarro, Isaac Rosa, Andrés Barba o Mercedes Cebrián. Entre los poetas, me parecen excelentes (y precoces) Elena Medel, Juan Andrés García Román, Juan Antonio Bernier o Berta García Faet.

Felicitaciones y una pregunta: qué autores jovenes argentinos poco conocidos podría recomendar. Gracias.

Luis, ahí va el banquete: Hernán Ronsino, Samantha Schweblin, Oliverio Coelho, Fernanda García Lao o Pedro Mairal entre los narradores. Natalia Litvinova, Laura Wittner o Fabián Casas entre los poetas. Hay muchos más.

¿Hasta qué punto favorece la precocidad en el mercado a la labor literaria? En todos los libros que he leído de usted inciden en lo mismo, en el talento aunado a la juventud. Pero da la sensación de que esa forma de encasillar es un arma de doble filo, y da la sensación de que es necesario que usted rompa el mercado, o los cimientos de la literatura, o ambas cosas, para que le quiten de ese carro de las promesas y le otorguen el valor que su obra ya merece. ¿Cuánto pesan las etiquetas?

Estoy de acuerdo. Desde mi primer libro, tuve la certeza de que la juventud era un fetiche público de corto alcance: lo que (supuestamente) te beneficiaba al principio, te descartaría enseguida para que la maquinaria de las novedades siguiese funcionando. Existe el prejuicio de que lo joven vende, etcétera. Pero eso es una fantasía publiciataria: si pensamos por ejemplo en la situación del mercado laboral, vemos que los jóvenes son un sector particularmente desfavorecido. Por lo demás, jamás se me ocurriría empezar definiendo a un autor por su edad. La edad es una anécdota biológica. Algunos escritores dan lo mejor de sí en la madurez (no sé: Borges, Saramago), y a otros el tiempo los destruye (pienso en Capote). Además, ay, ahora tengo canas en la barba. Y esas canas me gustan: también prometen algo.