El Pais has an interesting interview with Carlos Yushimito over his new book of short stories, Los bosques tienen sus propias puertas (Demipage), and his writing process in general.
R. Exacto, ya no tenía ese pudor de la cercanía. Me da autosuficiencia para escribir y estar en ese borde de lo que puede ser verdad y lo que puede ser ficción. Luego hay otras resonancias, por ejemplo la sonoridad brasileña: los nombres de las calles y de los personajes me daban una base sobre la cual partir. También hay algunos homenajes en el libro, uno a Guimarães Rosa, el mundo del sertón, del noreste, para ello investigué porque la geografía es distinta. Hablar sobre favelas no es tan difícil en términos de descripción porque hay una imagen planetaria de ellas. Eso me permitía hablar sobre el Perú sin mencionarlo directamente o sobre las periferias en Latinoamérica, con ese simbolismo alrededor de lo brasileño. Las Islas (su segundo libro) es una serie de cuentos que tienen como escenario una favela imaginaria. Excepto por Apaga la próxima luz, un cuento que dediqué a Guimarães Rosa (incluido en su libro de 2011 y Las Islas), con la historia de un cangaceiro (bandolero) famoso del siglo XX, Virgulino Ferreyra, luego me he ido desligando de Brasil. Es una pregunta tan recurrente que yo mismo me cohibí.
P. Hay frases que parecen de un brasileño que está aprendiendo español.
R. Claro. Intenté escribir en portuñol y hay palabras en portugués. Donde fui más radical es en el cuento del cangaceiro, mi intención era imitar un poco a Guimarães aunque es imposible porque es un maestro. Había muchos signos en Las Islas para que el lector los siga, como Clarice Lispector y el MPB (género musical: música popular brasileña). uno de los personajes se llama Fernanda Abreu (una cantante brasileña). Pero no quería encasillarme como un escritor exótico, iba a ser siempre el peruano que escribe sobre Brasil.