Álvaro Mutis died last week at the age of 90. Since I had a cold I didn’t have the interest in writing anything at the time. It has been years since I’ve read his Maqroll (pronounced Mac Roy, I believe) stories, but I still remember them quite well, which is not always the case with books I read. They were great adventure stories that had a literary quality to them whose telling I found fascinating. I would definitely recommend you read one if you haven’t yet. He was also a poet, but I’m not familiar with any of his poetry.
I, naturally, am not the only one who has the same thought. The excellent blog, El sindrome chejov has a collection of memorable phrase from his Maqroll books. My favorite of them is
El cuerpo acabó de caer con un ruido sordo mientras el zumbido del ventilador se abría paso por entre el silencio que organiza la muerte cuando quiere indicar su presencia entre los vivos.
The body had just fallen with a mute sound while the buzzing of the ventilator opened the way for the silence that death arranges when it wants to indicate its presence amongst the living.
A remembrance from Dario Jaramillo at El Pais.
And an appreciation from Javier Wimer at La Jornada.
La novela de aventuras recrea un género que conoció sus mejores momentos durante el siglo XIX y que mantuvo un alto grado de popularidad hasta el triunfo del cine y de los cómics. Sólo que, en este caso, el relato no se agota en la pura descripción de los acontecimientos sino que esconde una reflexión continua sobre el destino del hombre.
Se apoya la narración en dos seguras vertientes simbólicas: el viaje como imagen del tránsito temporal y como imagen de la evolución interna del ser. Ambas son metáforas de legitimidad y de eficacia inobjetables, como lo prueba ese “Ulises salmón de los regresos” que puede ser indistintamente el héroe griego o el héroe de Joyce, quien hizo de su Dublín nuestro universo.
El mérito mayor de Mutis es haber encontrado la forma estilística apropiada para hacer funcionar un argumento que encubre otro argumento y para construir personajes que tienen el peso, la densidad y la textura de verdaderos seres humanos. Así ha creado un ciclo novelístico que evoluciona por cuenta propia y cuya siguiente entrega esperan con avidez sus lectores.
Este homenaje para Álvaro Mutis coincide con la plenitud de su oficio de hombre y de escritor. A sus espaldas deja, con provecho la infancia de un príncipe, las tentaciones bucólicas y las tentaciones urbanas, la inevitable travesía por el desierto, los titubeos y las encrucijadas vocacionales. Enfrente tiene años de trashumancia y de reposo, de imaginación creadora, de páginas y libros que exigen ser escritos, y que un día serán frutos redondos, perfectos y deslumbrantes sobre su mesa de trabajo.