El Pais has an overview of Spanish Literature of the last 20 years. It is an arbitrary number, as José-Carlos Mainer notes, but it also a period of many changes and some exciting new authors. It is a bit of a mixed article, but it has moments where he picks out authors worth reading. At the bottom of the passage he notes 2 that I have been extremely impressed with, Navarro and Fernandez Cubas whose short stories deserve to be translated some day.
La norma constituyente de muchos de estos libros es la inclusión, la bulimia. Algunas memorias de escritores (pienso en las de Josep Maria Castellet y Rafael Argullol) ceden buena parte del espacio legítimo del yo a viajes, historias, personajes conocidos: son demoradas galerías de espejos. Y otras, sin embargo, se adelgazan hasta convertirse en un provocativo y fibroso ensayo de antropología cultural: la autobiografía de Félix de Azúa. Hay dietarios en los que habita fundamentalmente el mundo exterior, golosamente gozado, como fueron los de Antonio Martínez Sarrión, y hay otros en que los muchos acontecimientos nunca acaban de desplazar al terco “yo” que los trae y lleva: el Salón de pasos perdidos, de Andrés Trapiello. Y hay literatura que se alimenta de literatura, como le sucede fecundamente a la de Enrique Vila-Matas, Sergio Pitol y José Carlos Llop. Y a su manera paródica, a la de César Aira… Ricardo Piglia acaba de publicar la novela que nunca escribió Borges pero que le hubiera gustado leer al autor de El Sur. Por eso, los libros suelen ser tan dilatados como la dieta bulímica que los alimenta, pero también la vivencia del mundo ha aconsejado a otros agazaparse en las formas breves: el microrrelato se ha convertido en una experiencia de nuestro tiempo y un plante desdeñoso a la sobreabundancia (siguen siendo referencia las actitudes al respecto del inolvidable Augusto Monterroso). Otros han encontrado la proporción áurea del cuento de diez páginas y las columnas de a dos, artefactos de precisión que condensan y ejercitan el ingenio mediante el arte de prescindir: cada cual a su modo, lo hacen Cristina Fernández Cubas, José María Merino, Luis Mateo Díez, Quim Monzó, Manuel Rivas, Hipólito García Navarro, que han hecho del cuento un género imprescindible. Las columnas son el dominio de Manuel Vicent, por ejemplo. Juan José Millás respira por igual en el cuento, el artículo y el reportaje.
Ooh, I hadn’t seen this, but now I’m dying to read it! What a strange metaphor he chose, the bulimia one. Thanks for the headsup!
I thought it was a strang metaphor too and I don’t think it helped the essay much.
Bulimia is a terrible illness, so you can go and figure what’s the real status of contemporary Spanish literature.