Juan Marsé has a new book out that continues with what he wrote in Últimas tardes con Teresa 50 years ago. You can read the first 9 pages of the book, here.
Marsé, cuya fama se expandió de modo fulminante gracias a aquella sátira feroz de los comunistas pijos de Barcelona (hoy separatistas) que se llamó Últimas tardes con Teresa, un título extremadamente poético, mostró desde el primer momento que su voz se adaptaba sobre todo a los personajes frágiles que sin embargo se creen fuertes. El encantador Pijoaparte, un pobre muchacho que se hace ilusiones sobre la capacidad revolucionaria de las guapas chicas de Pedralbes, es uno de los grandes modelos literarios de la posguerra y sigue perfectamente vivo tratando de encontrar una puerta en la muralla de los círculos maragallianos.
Era una novela enérgica, valiente, vigorosa, escrita con simpatía hacia el inmigrante, el desdichado charnego que cree poder saltar las barreras de una de las sociedades más reaccionarias de Europa. La novela era ya entonces crepuscular y adivinaba con inteligencia prodigiosa el futuro de aquella sociedad que se creía democrática.
En su último escrito, Noticias felices en aviones de papel, regresan las figuras de aquel comienzo, pero decantadas a una esencialidad sutil. Ya no hay burgueses, ni pequeños ni grandes. Sólo clase baja y lumpen. Porque lo que nos relata Marsé es la recepción de un mundo al que deberá acomodarse un adolescente sin demasiada suerte. Su padre les abandonó, la madre trabaja, no tiene amigos, los vecinos de la finca son todos menesterosos y, sin embargo, a ese mundo debe abrirse el chico y construirlo con su mejor conciencia porque fatalmente ése ha de ser su hogar, aunque todavía no sea posible.