The Women of the Boom – Why Is It Only Men Are Mentioned

Ivan Thays has a recent article in El Pais about the forgotten writers of the Boom, especially the women. I have mentioned many times before in the pages of this blog about the seeming paucity of women in the best of lists and various literary pantheons that exist. Here Thays contemplates some reasons why the names of the Boom are all men, especially a certain four: Garcia Marquez, Fuentes, Vargas Llosa, and Cortazar. As he mentions the times and the authors were at least somewhat sexist, but it was also the image of the male writer as self assure, committed and hegemonic writer that gave little room for women writers. While that image is probably true, recent lists by Spanish speaking critics have shown that there is still a long way to go before that phenomenon has abated. (for more see the Letras Libres failure).

Esta semana en el FB de Andrea Jeftanovic, estupenda escritora chilena, se discutió el tema. Ella, además del nombre de Clarice Lispector, soltó el de la mexicana Elena Garro como otra olvidada del Boom. Sostuvo además que “siempre hay redes de poder en la legitimación y visibilidad” cuando se elabora un canon. Y por supuesto, el Boom es un canon absolutamente masculino por más que sus autores (pienso en las colaboraciones de Julio Cortázar con Carol Dunlop o en la admiración que siente Vargas Llosa por Nélida Piñón, a quien le dedicó La guerra del fin del mundo) no desprecien necesariamente a las escritoras. Más que el machismo de los autores, la ausencia de mujeres en el Boom es producto de la ideología de esos años en los que la escritura femenina ocupaba en América Latina un lugar marginal y opacado por una imagen del escritor masculino, comprometido, seguro de sí mismo, hegemónico. Cuando veo la serie Mad Men identifico a Don Draper con la imagen del escritor latinoamericano del Boom, exitoso, convincente, trajeado y encorbatado, fumando o bebiendo whisky, hablando de negocios, de arte o de política, mientras a su alrededor orbitan mujeres vulnerables.

El Boom fue un fenómeno comercial y un hito histórico instalado en su tiempo. Pero ajeno a este, la literatura latinoamericana permanece en movimiento y en discusión constante. Una prueba innegable de ello es la importancia que ha adquirido un autor que logró ingresar al Boom, aunque nunca fue muy bien considerado por sus pares, como Manuel Puig, quien en las últimas décadas se ha convertido en el principal referente de la literatura latinoamericana. El brillo de algunos nombre y libros concretos del Boom, en cambio, ha ido desluciéndose con el paso de los años. Todo puede ser replanteado a través de nuevas lecturas y, en especial, siguiendo el rastro que los escritores dejan en la obra de los autores posteriores. Por ello, Clarice Lispector (como quizá algún día Elena Garro) ocupa hoy un lugar excepcional en la literatura latinoamericana, más allá del detalle anecdótico de si perteneció o no al Boom.

Elena Garro – A Reflection on an Under Appreciated Mexican Writer at El Pais

El Pais has a nice reflection on the Mexican writer Elena Garro. She’s not too well know in English, and in the Spanish speaking world her fame as a writer also suffers. As the piece makes clear, this is a fate that has befallen many women writers from Mexico because women writers often are expected to not only reflect the world at large, but the lives of women.

La mayoría de las veces las escritoras consideradas como exitosas en la literatura son aquellas que reproducen los estereotipos sociales dominantes, los prejuicios y los patrones culturales tradicionales, cumpliendo el rol de guardianas del cuerpo literario en el cual son admitidas si saben manejarse con prudencia e instinto gregario. El problema consiste en cómo se representan a sí mismas y cómo representan a la realidad en general. El caso de la escritora mexicana Elena Garro (1920-1998), quien recibió un reconocimiento público con su novela Los recuerdos del porvenir (Premio Villaurrutia 1963), podría hacernos reflexionar sobre por qué una autora con una obra tan ambiciosa sigue siendo poco leída en su idioma, por qué no formó parte de ningún boom, por qué siempre se quejó de estar marginada, por qué, como otras autoras de su generación, siguen siendo piezas sueltas y raras, a pesar de ser publicadas en su país de origen. Pienso en Inés Arredondo, en Josefina Vincens, en Julieta Campos (aunque cubana, vivió la mayor parte de su vida en México) o Rosario Castellanos, otras autoras a las que se accede con dificultad por falta de difusión. Creo que esto responde a una pelea por esa representación histórica, antropológica (y ontológica) de lo que significa la mujer en la literatura, y es lo que plantea Elena Garro en sus novelas y sus relatos cortos, sobre todo, en esta novela que tiene como eje central a personajes femeninos. Isabel Moncada, Julia Andrade o Gregoria Juárez, pese a que aparentemente el personaje central sea el general Francisco Rosas, héroe caído de la guerra de los cristeros en México, entre 1926-1928, son las que hacen girar la rueda del mundo.