Fernando Iwasaki on the 1000 and 1 Nights and Spanish Language Literature

Fernando Iwasak has an article on the 1000 and 1 Nights and Spanish Language Literature in El Pais. It is worth a quick look.

Sin embargo, es en nuestro idioma -el castellano- donde he hallado los testimonios más rotundos de la devoción por Las mil y una noches. Pienso en Cuando el viejo Simbad vuelva a las islas (1962), de Álvaro Cunqueiro, una novela de estirpemilyunanochesca, mas no por la presencia de Simbad sino porque está construida con relatos de relatos. Hasta los artículos periodísticos de Cunqueiro remiten a Las mil y una noches, como podría comprobarlo cualquiera que lea La bella del dragón (1991) yFábulas y leyendas de la mar (1982). ¿De dónde viene la amena y fastuosa erudición de Cunqueiro en placeres y fornicios? Marchando una ración de metaliteratura: “En muchos países de Oriente Próximo el primer coito matrimonial es matinal. En España, por ejemplo, es la noche de bodas, porque los novios se han pasado al día en la ceremonia nupcial, en el almuerzo o en la comida, y se van a la cama tarde, a lo mejor tras cien kilómetros o más de viaje”. O sea, una birria de polvo.

Todavía en la literatura española contemporánea abundan los adoradores de Las mil y una noches, como Antonio Muñoz Molina en La realidad de la ficción (1992) o Ernesto Pérez Zúñiga en El juego del mono (2011), aunque son los escritores latinoamericanos quienes más han contribuido a la entronización de la lectura en lengua española del clásico árabe, destacando por encima de todos el argentino Jorge Luis Borges.